jueves, 23 de octubre de 2008

Leire Beitia. 4º E.S.O. C

UN MUNDO SIN FIN. Ken Follet.
[...]Las naves laterales, que se extendían a ambos lados de la nave principal de la iglesia, eran construcciones de un solo piso con techos de piedra abovedados recorridos por nervios. Sobre el techo abovedado, un tejado inclinado unía el muro exterior de la nave lateral con la base del triforio y formana un espacio triangular cuyo suelo lo constituía la parte oculta del techo abovedado, o extradós, de la nave lateral. Fue a este espacio al que los cuatro hombres salieron para comprobar los daños desde arriba. La única luz procedía de las ventanas interiores de la iglesia, pero el previsor Thomas había traído un candil. Las bóvedas de las crujías fueron lo primero en que se fijó Merthin. Vistas desde arriba, descubrió que ninguna era igual. La del extremo oriental dibujaba una curva ligeramente más achatada que la colindante, y la siguiente, destruida en parte, también parecía diferente.Avanzaron por el extradós, manteniéndose pegados al borde en que la bóveda parecía más firme, hasta encontrarse todo lo cerca que se atrevieron de la parte desplomada. La bóveda se había construido del mismo odo que el resto de la iglesia, con piedras unidas con argamasa, aunque las del techo eran muy finas y ligeras. Tenía un arranque casi verical, pero iba curvándose a medida que tomaba altura, hasta encontrarse con la cantería del lado contrario.-Bueno, evidentemente, lo primero que hay que hacer es reconstruir la bóveda de las dos primera crujías de la nave lateral-opinó Elfric.-Hace mucho tiempo de la última vez que alguien construyó bóvedas nervadas en Kingsbridge-dijo Thomas-. ¿Sabrás hacer la cimbra?-preguntó volviéndose hacia Merthin.Merthin sabía a qué se refería. En el arranque de la bóveda, donde la cantería se alzaba casi en vertical, las piedras aguantarían por su propio peso, pero en lo alto, a medida que la curva fuera alcanzando horizontalidad, se necesitaría cierta sujeción para que no cayeran durante el secado de la argamasa. La solución más lógica era ultilizar una armadura de madra, llamada cimbra o cercha, sobre la que ir colocando las piedras. [...]

domingo, 17 de febrero de 2008

Sara Abad Rodríguez 3º E.S.O. A

LOS PILARES DE LA TIERRA. Ken Follett.
Tom se preguntaba como sería la capital de Salisbury.En un principio una catredal era una iglesia como otra cualquiera, la diferencia residía, sencillamente, en que en ella el obispo tenía su trono. Pero en la realidad las catredales eran las más grandes, ricas, espléndidas y primorosas iglesias que había. Una catredal rara vez era nada más que un túnel con ventanas en su mayor parte consistían en tres túneles, uno alto flanqueado por otros dos más pequeños, como si se tratase de una cabeza y los dos hombros.El conjunto formaba una nave con sendos pasillos a los costados. Los muros laterales del túnel central se reducían a dos hileras de pilaresenlazados entre sí por arcos, formando una arcada. Las naves laterales se empleaban para procesiones, que en una iglesia catedral podían llegar a ser espectaculares. En ocasiones su espacio se dedicaba también a pequeñas capillas consagradas a determinados santos, que atraían donativos extraordinarios. Las catedrales eran las construcciones más costosas del mundo, mucho más que palacios y castillos y debían hacerse merecedoras de su mantenimiento.

lunes, 29 de octubre de 2007

Leire Beitia Antero 3º ESO A

LA CATEDRAL DEL MAR. Ildefonso Falcones.
[...]Sus ilusionies, su vida entera había ido desmoronándose como la vieja iglesia románica que dio vida al nuevo templo. Ya no existía. Ningún vestigio quedaba de la pequeña iglesia, y desde donde se encontraba podía observar la inmensa y ancha nave central, delimitada por las columnas ochavadas sobre las que se sustentarían las bóvedas. Más allá de las columnas, por el exterior, los muros de la iglesia seguían levantándose e izándose hacia el cielo, piedra a piedra, pacientemente.Arnau miró hacia arriba. La clave de la segunda bóveda de la nave central ya se había colocado y se trabajaba en la de las naves laterales. El nacimiento de Nuestro Señor: aquél había sido el motivo elegido para aquella segunda piedra de clave. La bóveda del presbiterio estaba totalmente cubierta. La siguiente,la primera de la inmensa nave central rectangular, todavía no cubierta, parecía una tela de araña: las cuatro nervaduras de los arcos estaban a cielo abierto, con la piedra de clave en su centro, como una araña dispuesta a desplazarse por finos hilos en busca de su presa. La mirada de Arnau se perdió en aquellos nervios delgados. [...]
Hasta Santa María parecía haberle dado la espalda. Cubierta ya en parte y alzados los contrafuertes que sostenían los arcos de las naves laterales de la segunda bóveda, la nobleza y los ricos mercaderes de la ciudad habían empezado a trabajar en las capillas laterales, decididos a dejar su impronta en forma de escudos heráldicos, imágenes, sarcófagos y todo tipo de relieves cincelados en la piedra.

lunes, 22 de octubre de 2007

Alba Fernández Pacheco Abelenda 3º ESO A

LOS PILARES DE LA TIERRA. Ken Follett.

Desde donde estaba, Tom podía ver las torres de la catedral. Le hubiera gustado tener un momento para ver el interior. Sentía curiosidad respecto al tratamiento de los pilares de la arcada. Éstos solían ser pilares gruesos, cada uno de ellos coronado por arcos. Dos arcos en dirección Norte y Sur para conectar con los pilares vecinos en la arcada. Y uno hacia el Este o el Oeste a través de la nave lateral. El resultado era feo, ya que no parecía del todo correcto que un arco emergiera de la parte superior de una columna redonda. Cuando Tom construyera su catedral, cada piso sería un grupo de fustes con un arco emergiendo de la parte superior de cada uno de ellos. una ordenación lógica y elegante. Empezó a visualizar la decoración de los arcos. Las formas geométricas eran las más comunes... No se necesitaba demasiada habilidad para esculpir zigzags y losanges, pero a Tom le gustaba el follaje y un toque de naturaleza que contribuían a suavizar la dura regularidad de las piedras.